martes, 5 de julio de 2011

Pequeña guí­a de autocontrol en el amor 5



Excelencia en el autocontrol

Pero como de lo que se trata es que uno logre el autocontrol de uno mismo y no el autocontrol del otro, queremos comentar que en una prestigiosa revista internacional, cuyo nombre ignoro porque la encontré en el baño, en casa de un amigo y le faltaba la portada, hallamos un artí­culo que nos llamó la atención por su original tí­tulo: ¡TÚ PUEDES! El autor recomendaba leerlo al amanecer mientras se oí­a el Himno a la Alegrí­a de la Novena Sinfoní­a del genial hipoacúsico. Era un artí­culo muy breve, pues las fotos en maravillosos colores ocupaban casi toda la página, pero muy bien documentado y que iba directamente al grano. En este momento acuden a nuestra mente algunas de sus frases directas y especí­ficas:

•Encara tus dudas con contradicciones.
•Para vencer tu inseguridad debes ser más fuerte que ella.




Y aquella otra:

•Enfrenta tus problemas con una sonrisa y si son muy graves: con dos sonrisas.

Me encantarí­a reproducir el artí­culo en su totalidad (prácticamente asi lo hago) pero tomaremos solamente lo relacionado con nuestro tema. El autor, una eminencia cientí­fica, nos explica que si leemos algo repetidas veces, poco a poco va penetrando hasta llegar a las profundas capas de nuestro inconsciente y que, entonces, ya no necesitamos seguir repitiéndolo (y además me imagino que una sobredosis de repeticiones puede llegar a depositarnos el mensaje en las rodillas). La cosa es que cuando el mensaje se asimila en nuestro inconsciente se convierte en una parte nuestra. Tan así­ que serí­amos incapaces de diferenciarlo de otras partes nuestras e incluso de partes nuestras que no son nuestras, y entonces el mensaje empieza a trabajar solito, ya uno puede estar pensando en lo que quiera que el mensaje estará pensando en el mensaje, por decirlo así­, como cuando mantenemos el equilibrio al caminar o al beber.

Según el autor, debemos copiar estas reglas en un papel, que incluso podemos plastificar para que no se nos ponga pringoso, y cada mañana al levantarnos leerlo en voz alta una vez y en voz muy bajita otra vez más. Antes de pasar a las diez promesas del autocontrol, mi propia experiencia personal en el trabajo con este método, me permite hacerles una sugerencia: al copiar las promesas conviene hacerlo en un papel rayado porque sino uno escribe y se le tuerce la lí­nea.

Helas aquí­:

Las diez promesas del autocontrol

1.Cuando conozca a alguien primero le preguntaré el nombre y luego el teléfono, en ese orden.
2.Si la llamo y no la encuentro dejaré pasar quince minutos antes de volver a llamarla.
3.Si no la encuentro no seré agresivo con la persona que me atienda.
4.No bloquearé su lí­nea con mis llamadas.
5.Cuando la encuentre hablaré sin gritar.
6.Haré una cita para otro dí­a, nada de: ¿quéstáshaciendohí­voy!!!
7.No haré más de cuatro llamadas diarias para confirmar si irá a la cita.
8.El dí­a de la cita me acercaré caminando y no corriendo.
9.Le sonreiré sin hilitos de baba.
10.Tendré mis ojos con las dos pupilas dilatadas del mismo tamaño.

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