
Síndrome de Wall Street
La suma de medidas que tratan de evitar lo peor equivalen a lo peor.
Y si uno se siente abandonado y está poniendo su mejor cara de ópera y ve que el otro también se aleja herido (mientras ensaya unas expresiones que vio en una película japonesa) es muy frustrante, porque no hay nada peor que sentirse víctima de alguien que en vez de sentir que fue injusto con nosotros siente que es nuestra víctima. Eso es fatal, terrible (recuerden que para una víctima no hay nada peor que otra víctima), porque una buena víctima necesita un mínimo de audiencia, de compasión ajena. Nadie es víctima para sí solito. Nadie es víctima sin un miligramo de público aunque más no sea. No sé… un chofer, el panadero, alguien a quien despeinar con un suspiro, alguien a quien brindarle una cara compungida de las buenas. Pero víctima así al pedo, para nadie, no, es una locura.
Pero no nos distraigamos, volvamos a la ansiedad en el amor o, caso contrario, en el matrimonio.
En el amor hay que tener la cabeza fría (por decir una parte del cuerpo). No tan fría que el otro sienta que salió a comer con Walt Disney, pero sí un poco fría. Pero eso no es fácil. Vamos a un ejemplo. Conocés a alguien y, si más o menos calculas que puede llegar a gustarte, le dices: Hola me llamo Alfredo ¿Me darías tu teléfono por las dudas? ¿O bien es conveniente esperar el fin de la reunión? Una vez que te dio su teléfono, ¿le hablás enseguida o por lo menos esperás que llegue a su casa?
Yo soy de los del primer grupo, no me aguanto. Mi capacidad de autocontrol es nula, un coche cayéndose a un precipicio tiene más domino de sí mismo que yo. Hay gente que tiene una sangre fría impresionante, como Clint Eatswood, esperan que pasen un par de días y luego hablan, tranquilos sin andar revelando tanto el juego, en cambio yo juego con las cartas dadas vueltas: el contrario las ve y yo no. De puro ansioso soy capaz de llamarla antes de que ella alcance a salir de la fiesta.
Hay que aprender a no ser tan evidente con las propias intenciones, a saber ocultar un poco nuestros deseos… (claro, siempre tratándonos de acordar de qué es lo que queríamos hacer con ella). Saber controlarse en el juego amoroso parece que es algo básico.
Yo la única manera que encontré para saber si estoy haciendo las cosas bien o mal es imaginarme a Clint. Pienso qué haría él en mi lugar y trato de imitarlo. Con el único inconveniente de que mi guía-espiritual-de-comó-hay-que-ser-en-el-amor no es el Clint Eatswood de la realidad sino el que pasa por el filtro de mi cabeza, lo que yo fantaseo. ¿Se dan cuanta de lo ilógico de esa esperanza? Es como aparecer sentado en los comando de Boeing y pensar: Veamos ¿qué haría un piloto en mi lugar?
¿Se pueden imaginar qué sale de lo que vi en las películas, más lo que yo recuerdo que vi, más lo que quisiera hacer (besarla, saltarle encima), más lo que me gustaría que ocurra (que ella me bese, que me salte encima), más lo que yo me imagino que haría ese personaje imaginario en mi lugar real para lograr que suceda lo que deseo? El resultado se podría describir en algo así como: todo lo contrario.
¿Se pueden imaginar qué sale de lo que vi en las películas, más lo que yo recuerdo que vi, más lo que quisiera hacer (besarla, saltarle encima), más lo que me gustaría que ocurra (que ella me bese, que me salte encima), más lo que yo me imagino que haría ese personaje imaginario en mi lugar real para lograr que suceda lo que deseo? El resultado se podría describir en algo así como: todo lo contrario.
Coeficiente de fuga del objeto deseado
Lo que uno quisiera hacer, sumado a lo que le gustaría que pasara dividido por las posibilidades reales de que eso suceda, multiplicado por uno mismo, es un número destinado al fracaso
Es lógico y natural ser arrebatado y hasta con un descontrol total cuando te gusta alguien, yo también soy asi.
ResponderEliminarSin embargo yo no me ando preguntando si esta bien o esta mal, lo hago y punto, si sale como yo esperaba entonces salio bien, si no, ni hablar, asumo las consecuencias.
Asi me ha funcionado, con las mujeres y con otro tipo de cosas... a veces el ser atrabancado no es lo mas sano o recomendable.. pero es... ser auténtico me parece.